Parece que al final, la lucha leonina entre estas dos potencias ha acabado con un acuerdo para no tener que revelar las decenas de secretos industriales de ambas empresas y una sentencia: Samsung es culpable de violar varias de las patentes de Apple y está condenador a pagar una simbólica suma (para una empresa tan enorme como Samsung) de 1051 millones de dólares.
En realidad la batalla solo acaba de empezar, pues parece que ahora comienza la guerra en tribunales menores y por patentes concretas, por no mencionar que seguramente Samsung apelará la sentencia, pero está claro que de ahora en adelante va a ponerse la cosa muy seria.
Y aun queda Google por entrar de manera directa en el conflicto, ya que, en realidad es el verdadero enemigo de Apple y su sistema Android también queda en mala posición tras la sentencia.
Mientras todo esto ocurre, Bill Gates de Microsoft observa sentado con un daikiri como se destrozan y con la posibilidad de que Samsung adopte su sistema operativo, abandonando Android y a Google.